El golpe en la cabeza de Raúl Jiménez fue tan fuerte que se escuchó en la transmisión televisiva, cayó al césped inerte y el tiempo pareció detenerse en el estadio de los Wolves.
Con puntualidad inglesa, exactamente a las 18:00 horas del 29 de noviembre de 2020, se escuchó el pitido inicial del partido entre el Arsenal y el Wolverhampton en el Emirates Stadium de Londres.
Raúl Jiménez llegaba como la gran estrella de los Wolves, el delantero mexicano había llegado a los Lobos en el verano de 2018 y con base en goles, se ganó rápidamente el corazón de su afición. Durante sus dos primeras temporadas fue el máximo goleador de su equipo y se colocó entre los mejores de la Premier.
Esa tarde buscaba aumentar su cosecha goleadora, pero también hacía trabajos defensivos, sobretodo en los tiros de esquina. Apenas al minuto 5, en un córner en contra, bajó a ayudar a su equipo, el balón voló hacia el manchón penal, Raúl brincó para despejar de cabeza y David Luiz, su rival, hizo lo mismo intentando contactar el balón hacía la portería. Sus cabezas se encontraron, se escuchó un golpe terrible y ambos cayeron al césped. De inmediato, por la forma del golpe, se evidenciaba que Raúl estaba gravemente herido.
Su familia estaba en vilo
Esa tarde nadie lo acompañaba en el estadio, su pareja, Daniela Basso, veía el partido en el televisor mientras cuidaba a la pequeña hija de ambos, quien recién había cumplido cuatro meses de edad.
Tiempo después, en el documental que realizaron los Wolves sobre este suceso, Daniela comentó que, al verlo tirarlo en el césped ella repetía “por favor, por favor despierta, por favor despierta, solo muévete un poco, solo para saber que estás vivo”.
Sus padres veían el partido en la Ciudad de México, querían que se levantara, necesitaban que se levantara. Los minutos pasaban sin movimiento del futbolista mexicano, lo evacuaron en camilla directo al estadio. Sus padres tomaron el primer vuelo a Londres para estar con su hijo.
La lesión era grave
Los médicos del Wolverhampton supieron de inmediato que se trataba de una lesión muy grave. Mientras aún yacía en la cancha, le diagnosticaron fractura de cráneo, lo inmovilizaron y lo trasladaron directamente a un hospital de neurología. Tenían que salvar su vida.
En el mismo documental, Nuno Espíritu Santo, entrenador del Wolverhampton, menciona “teníamos mucho miedo y entonces empiezas a escuchar “código rojo, código rojo” y empiezas a poner en tu cabeza ‘código rojo’ y yo solo pregunté ‘¿qué es código rojo?’. Y empiezas a pensar ‘¿está vivo?’”.
En el hospital se procedió a realizar una cirugía craneal, la cirugía fue un éxito, su vida estaba fuera de peligro. Aún faltaba mucho camino por recorrer, no para volver a las canchas ya que en ese momento no se sabía si eso iba a poder suceder o no, en ese momento la prioridad radicaba en saber si existía algún daño cerebral que le causara estragos para su vida cotidiana.
Proceso largo y doloroso
Increíblemente, Raúl estuvo solo cinco días en el hospital; después, pudo regresar a casa con Daniela y su pequeña hija. Las semanas siguientes fueron muy difíciles, ya que no podía hacer casi nada y tenía que descansar; para alguien tan activo, esto resultaba desesperante.
Tuvo que aprender de nuevo a hacerlo todo, incluso a caminar. La lesión le ocasionó problemas de equilibrio entre muchas otras cosas. Le llevó tiempo recuperar una vida normal, y una vez logrado, comenzó el trabajo para su regreso a las canchas.
Los médicos veían muy difícil que ello pudiera suceder, no es lo mismo poder volver a caminar o incluso a correr, que enfrentar a atletas de alto rendimiento tras haber pasado una lesión de este tipo.
Realizó horas y horas de sesiones de entrenamiento especial para recuperar, no solo el nivel físico, sino incluso pruebas de visión, reacción, reflejos y mucho más.
Tras muchos meses, volvió a los entrenamientos del equipo a la espera de, algún día, poder volver a la cancha en un partido oficial.
La vuelta a las canchas
Pasaron casi ocho meses antes de que pudiera volver a disputar un partido de la Premier League. El 22 de agosto de 2021, se enfrentó al Tottenham en un ambiente festivo para todos los presentes en el estadio. El ídolo había vuelto.
El regreso fue muy emotivo, pero a partir de ahí todo ha sido sumamente difícil para Raúl.
Tras su regreso en la temporada 2021-2022, solo logró anotar dos goles. Para el año siguiente, 2022-2023, no consiguió ninguna anotación. Su valor de mercado cayó de los 38 millones de euros en los que estaba tasado al momento de su lesión, según Transfermarkt, a ser comprado por el Fulham en el verano de 2023 por únicamente seis millones de euros.
A pesar de los momentos difíciles y de su salida de los Wolves, Raúl tiene el récord histórico de mayor número de goles anotados en la Premier League de un jugador del Wolverhampton.
La actualidad de Raúl
Han pasado tres años desde aquel accidente; ahora juega con el Fulham, donde ha retomado su faceta de goleador.
En su vida personal también ha habido novedades. En mayo de 2022, se convirtió en padre por segunda vez, ahora de un pequeño niño.
Los que lo rodean solo tienen buenas palabras hacia él, no solo como futbolista, sino sobre todo como persona. Sin duda un ejemplo de tenacidad y superación.
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